Avanzo algunos pasos
y retrocedo en la misma proporción
como si la inmovilidad fuera mi esencia
mi forma de actuar por estos días.
Errante caminar, sinuoso sobre piedras
de mi propia conciencia que reflexiona,
te piensa, te nombra y no se calla,
ni ante la ausencia, ni ante las voces huecas.
Cuanto frío hace hoy en esta ciudad,
cuantos ruidos mudos aturden mis oídos
que intentan escuchar tu voz y no lo consiguen,
oídos lastimados por los ruidos de tu goce.
Ausencia mortal la tuya,
ausencia fatal la de tus manos sobre mi,
manos que aún siento sobre esta piel seca
que ansía tus caricias de manantial.
Avanzo algunos pasos hacia adelante
pero vuelvo al punto de partida,
vuelvo al inicio, al día de tu adiós
al momento exacto en que te fuiste.
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