Hubo momentos,
encuentros notablemente perfectos,
soñados,
prácticamente diseñados a medida,
deseos cumplidos
una magia envolvente y embriagadora
que simplemente sucedió.
Sin capacidad para razonar
el intenso fluír de los cuerpos
electrificaba el aire.
Hubo momentos,
una calma exitante
que cubría los poros de la piel
con nada más que miradas,
batallas concluídas, y un silencio delicioso,
dónde no quedaba ni el más mínimo rastro de las voces
hubo momentos,
hay recuerdos.