Adelante, sean bienvenidos

Bienvenidos a mi mundo, al refugio de mis ideas, al lugar donde puedo sin ningún temor expresar lo que siento y lo que me pasa "en tiempo real". Realmente es toda una experiencia y quiero compartirla con quien quiera leer.

domingo, 28 de agosto de 2011

Volare

Vuelos incompletos, cortos, razantes, a distancia para percibir en perspectiva lo que cuesta ver a nivel de los pies. Levemente cierro mis ojos sin color y una oleada de sensaciones evuelven el cuerpo que se quiere dejar, que buscar perderse en un cielo inconcluso, completamente vírgen para y que espera.
Me voy entonces y me pierdo, un poco a propósito entre nubes que acaban de explotar y se deforman en diversos cúmulos blancuzcos que atravieso con una liviandad fuera de esta tierra, volar sin alas y sin cuerpo. Los colores se acentúan y me entregan un mapa cuasi exacto de cada lugar al que quiero ir, con aquellos rincones olvidados dónde las estrellas no se apagan, sino que se duermen el sueño sin final.
Parezco quieto en mi mismo lugar durante horas, y tal vez así sea, pero el vuelo se me hace algo imposible de dejar, la lejanía de los sonidos abre la ventana a los silencios que siempre añoré, pues claro, no todos los silencios son iguales, hay que atravesarlos para comprenderlos y conocerlos a todos, que te envuelvan para sentirlos en la piel, para flotar.

domingo, 1 de mayo de 2011

Instantes

Hubo momentos,
encuentros notablemente perfectos,
soñados,
prácticamente diseñados a medida,
deseos cumplidos
una magia envolvente y embriagadora
que simplemente sucedió.
Sin capacidad para razonar
el intenso fluír de los cuerpos
electrificaba el aire.
Hubo momentos,
una calma exitante
que cubría los poros de la piel
con nada más que miradas,
batallas concluídas, y un silencio delicioso,
dónde no quedaba ni el más mínimo rastro de las voces
hubo momentos,
hay recuerdos.

sábado, 30 de abril de 2011

Ver y no

El claustro es la noche misma,
enredado entre la bruma de esta lluvia sin fin,
y las luces que se fragmentan en infinitas
motas de luz insolente, que pretende encender
esta agobiante oscuridad.

Prisionero de una ciudad que no me habla,
enmudecida por las miles de voces que gritan sin parar
nombres extraños de personas que no conozoco,
ciudad maldita que se me ofrece de piernas abiertas,
ciudad que odio.

Libre de ir por donde quiera, atado a la voluntad
de no ir,
viendo como todo se sucede a mi alrededor sin poder
modificar absolutamente nada, "el destino está escrito",
en la piel, en la mirdada ajena, en los rostros
de la gente que elijo no ver.

Y si el pecho se me escapara, tal vez tuviera una chance,
si el corazón muriera de una buena vez,
el dolor se iría como agua por la alcantarilla,
la vería irse, sin saber a dónde y sin que me me importe tampoco,
tal vez si eligiera ver en lugar de no.

viernes, 29 de abril de 2011

Autoconfesión

¿Qué es lo humanamente posible? ¿Aquello que está a mi alcance hacer? ¿Lo que puedo decir y lo que elijo callar?
Preguntas que me sigo haciendo aún hoy, cuando ya ha pasado tanto tiempo. Preguntas que no me sueltan ni en sueños, encrucijadas que me desvelan.
¿Qué tienen tus ojos que no puedo odiarlos, ni siquiera olvidarlos un día?
Preguntas. ¿Y las respuestas? -Te las debo, si no, no estaría acá.
Se acaban las estrategias y las tácticas, ya no sirven pues, cuando te veo, todo eso se derrumba. Cuando se siente, se siente y nada se puede hacer contra ello.
Cuando me asalta la tristeza me siento a escribir y esto sucede cada vez más seguido, la conclusión es un poco obvia ¿no?
Me falta algo, me falta todo. -Pará, hay muchas cosas que tenés. -Pero me faltan los besos, me faltan los besos...¿Hay acaso momento más supremo que el de dos que se escapan un rato del munde y se entreveran en un beso que no sabe de tiempos ni de otra cosa que no sea "ese" beso? No lo creo.
Me faltan los besos y es más terrible aún que la falta del cuerpo o del alma misma.
Los besos hablan, callan, transmiten, transportan, tienen memoria pues dificilmente se olvidan, los besos...cuanta nostalgia.
Una brisa que congela, aquellos ojos relucientes en la nada, clavados en el medio de la noche, las palabras justas y necesarias, y la electricidad que flota entre los labios en el instante anterior al primer y levísimo roce, el momento en el qeu todo sucede, el principio, el génesis de la vida, se desarrolla en aquel instante, y el sabor, ese sabor te lo llevás a la otra vida si es que hay una.
Acá me encuentro otra vez, en conversación silenciosa con mi alma, desnudando mi sufrir agotador, sabiendo que no puedo cambiar las cosas tratando de aceptarlas. Raramente la vida es como la soñamos, o si, pero por un ratito, después viene lo otro, y lo otro no me gusta, pero no se como hacerme fuerte para cambiarlo.
¿A qué me aferro cuando pareciera que nadie queda cerca para tenderme una mano? ¿Cómo dar vuelta la página del libro cuando sentís que todavía le faltan algunos renglones por escribir?
Otra vez, preguntas, otra vez ausencia de respuestas.
Se me apaga el sol, el dolor me agobia, y me faltan los besos, por supuesto.

Lejana

Allá mis ojos,
allá se van mis ojos
tras una sombra, una figura
qu ya queda muy lejana para este latir,
para este corazón tambaleante
que no termina de caer
corazón en caída eterna.

Acá esta mi alma,
o un racimo de girones,
el recuerdo de lo que fue
acá se quedó mi alma esperando
a ver si pasa eso qeu los creyentes
llaman milagro, o algo parecido.

Los pasos se me pierden en el
entreverar de los caminos,
las miradas que ya no veo enceguecen
como la oscuridad más absoluta,
un aroma me envuelve, me embriaga
acompaña mi sueño, mece mi cuerpo,
el aroma de la soledad...

Aquellos rostros felices duelen profundamente,
y en la ausencia el dolor se magnifica,
aquellos cuerpos danzantes me duelen,
y en la ausencia el dolor se hace grande,
aquella sombra me duele,
y en la ausencia este dolor me mata.

domingo, 3 de abril de 2011

En apariencia

Detrás de mi sonrisa de papel
se esconden las sombras transparentes
de mis labios apretados, mi mueca de dolor.
Bajo la cáscara que forma mi piel,
los huesos adormecidos duelen hasta el fin,
ya no pueden soportar ni su propio peso.

Las pisadas que voy dejando atrás,
las marcas indelebles que traza el viento en mi cara,
la espalda curva, el peso que carga y no puede evitar
mi caminar no es más que un leve transcurrir.

Ajeno a mi propio espíritu
maldigo los soles que se empecinan en brillar,
anhelo las lluvias continuas que lavan heridas,
que se llevan la sangre lejos de mi,
anhelo las lluvias que corren la tinta de mi sonrisa de papel.

sábado, 2 de abril de 2011

Quieto

Parado. Inmóvil, con la mirada fija en un punto
y el corazón dándo tumbos, el cuerpo quiere saltar
pero los pies congelados, incapaz de dar un sólo paso
me quedo observando, o tal vez deseando ver algo.
A lo lejos, el cielo ennegrecido es una invitación,
las sombras que creo ver se funden en una y vuelven
a ser dos, tres, miles, que no puedo reconocer.

Parado a mitad del día con el alma vacía
los oídos cerrados a siseo del viento
y la mente rebosante de promesas hechas a mi mismo,
incumplidas todas, autor y víctima de la peor de las traiciones,
con el deseo de saltar y la cobardía siempre como bolsa al hombro.

Mientras el sol penetra algunas nuebes grisáceas
y las difuma en formas ambiguas, de colores apagados y fuertes
al mismo tiempo, ese mismo sol que ataca mis ojos fijos en aquel punto,
ojos que quisiera me engañen y me "hagan" ver algo,
o el deseo de ver es indestructible, o mi mente me maneja a placer.

Diferentes miradas

Se me ocurre que es casi obscena
la brillantez nocturna,
se me antoja exitante la capota gris
de otro día que se desvanece.
Mientras tus piernas arden y buscan
quien les calme la sed,
mientras mis manos callan por temor.
La brisa que revuela tus cabellos
y tu vestido, se llevan el polvo acumulado
en mi cuerpo estático, y el grito se ahoga,
y el día se muere.

jueves, 24 de marzo de 2011

Desapariciones

Desaparece el cuerpo,
desaparece las sombras y las formas,
desaparecen los pasos y el camino,
desaparece el fuego en los ojos
desaparecen hombres, mujeres y niños,
desaparece el (para algunos) el sentido de la vida,
desaparece.

Desaparece lo tangible, lo material,
desaparece alguna palabra,
desaparecen cantos y consignas,
desaparecen corridas por la sangre,las luchas.

Pero nada puede hacer desaparecer a ls ideas,
jamás desaparecerá el alma,
nunca se irá para siempre el sentido
de haber enfrentado al oscuro monstruo que nos rodeó.

No desaparecen los nombres aunque quisieron,
no se irán tampoco las canciones que los acorralaron,
no se irán de sus mentes los niños arrancandos del seno materno
ni los gritos ahogados de los torturados cobardemente.

No desaparecen el espíritu de la libertad y la democracia,
no pudieron hacer desaparecer el sacrificio de unos cuantos en pos de todos,
no lograron nunca callar las voces que aún reclaman justicia,
nunca podrán callar a una madre, a una abuela.

No desaparece, no se borran los nombres manchados con sangre,
las huellas siguen indemnes para que en paz y en nombre de la libertad
podamos caminar las calles de nuestra patria, con nuestros hermanos,
con nuestros hijos, y contarles que simplemente, el amor no desaparece.

Ruidos

Un silencio atronador
arremete contra mi mente adormecida,
las palabras silentes rompen la noche
y derriten mis oídos que no quieren oír.

Mi paso circunstancial me lleva lejos,
de mi sombra, de mis temores más férreos
de mi propia locura sosegada cuando puedo ver,
el contorno de tu risa, en el fondo de tus ojos.

Se alzan los muros de la inconciencia,
y sólo las palabras pueden quebrar semejante barrera,
tan sólo las palabras,
las que digo, las que callo, las que siento y las que escribo.

Se mezclan los silecios con voces apabullantes,
se entreveran miradas indecisas con pasos sigilosos,
se arma un rompecabezas complejo con lo que quiero decir y callo
y los ruidos se esparcen por mis venas como un veneno letal.

Pero cuando el ruido se convierte en tu voz,
cuando los sonidos agitados aplacan su intensidad
y oigo tus pasos acercarse, el temor reverencial se muere,
el muro se derriba, y las palabras florecen.

domingo, 20 de marzo de 2011

Deshacer


No hay forma de borrar lo escrito,
las marcas irán con nosotros siempre y dónde vayamos,
la piel será testigo en el tiempo de lo fuimos,
de lo que derramamos sobre ella y nos llevaremos al otro lado.

No se puede negar aquello que ha pasado y fue sincerero,
aquello en lo que creímos y nos desilusionó después,
no se pueden callar las palabras que nos dijimos
pues aún resuenan en el alma ahora vacía.

Tengamos la certeza de que si terminó,
fue porque en algún momento ha comenzado, y prosperó
en nuestro interior cual frágil semilla azotada por el vendaval,
tengamos la esperanza de que algún brote haya sobrevivido.

Tuvimos el tiempo y lo desperdiciamos,
tuvimos el futuro en nuestras manos y nos burlamos de él,
tenemos ahora el pasado en nuestras espaldas y nos duelen los pasos
por no saber a dónde ir, por no tener con quien.

No podremos ocultarle jamás al tiempo nuestra historia,
no nos libraremos aunque querramos del amor que nos unió,
porque el fruto ha germinado y florece día a día bajo el mismo sol
que un día nos dijo adiós.

Buscando caminos


Parece como si mi sombra se desenganchara de mi cuerpo,
como si me mostrata el camino, o quisiera irser por fin,
de este agotador sendero sin aparente destino.

Camino y ella va unos pasos delante, con movimientos propios,
y ya no dependiendo de los mios, como si la luz que se proyecta
por detrás de mi cuerpo no fuera más que eso, y su razón de ser.

Y se estira hasta donde no puedo alcanzarla,
es inútil, mis brazos intentan tocarla, detenerla en su marcha,
pero el paso decidido es más que mi tibio andar y se va.

Sombra que un día fueron dos, sombra que un día fue una sola,
fusionada con el contorno vecino del que hoy no queda ni el mínimo rastro,
sombra que se escapa de un cuerpo reseco, de un alma fría.

Me vence el desgano, se apropia de este envase una desidia fatal,
que logra convencer al cuerpo de quedarse en perfecta quietud, esperando,
¿esperando?, ¿que el tiempo se agote por completo?, tal vez.

Mientras las luces juegan a mi alrededor y la sombra es cada vez más lejana,
ahogo un repentino llanto contra mi garganta dura, oprimo mis cuerdas vocales
para no emitir sonido, y que mi sombra se vaya, en busca de un mejor camino.

domingo, 13 de marzo de 2011

Tiempo.

Lo que disgusta del tiempo
no es las marcas que pueda dejar,
ni su transcurrir cancino o acelerado,
lo que disgusta del tiempo es que se va.
Mientras la piel recibe una caricia,
y aunque su tibieza dure unos instantes
no llegamos nunca a comprender que eso,
un décima después formará parte del pasado
que no volverá y que jamás se repetirá del mismo modo.
Lo que disgusta del tiempo es saber que
lo que estamos viviendo aquí y ahora, se desvanecerá
tan pronto que ni el más lúcido podría comprender el porqué.
Lo que disgusta del tiempo es vivir anclado en lo que fue,
o con la perturbación del deseo por lo que queremos que sea.
Lo que disgusta del tiempo, es que se va.

lunes, 7 de marzo de 2011

En silencio

No hay gritos que rompan la noche
paladeo las palabras, las siento en mi boca
y las trago cómo un dulce elixir de silencio,
las letras se mecen en silenciosa melodía
y se desvanece el decir.
Los ojos entrecerrados simbolizan mi cansancio,
pesado, mi cuerpo yace junto a mi letras agobiadas
no quedan palabras, apenas rastros de pensamientos
maliciosos que procuran derramar su veneno en mi mente,
pero estoy demasiado cansado para luchar contra ellos.
El silencio es liviano, débil pero decidio,
el silencio es sueño repetido cada noche
y es placebo para las heridas que no cierran,
para las venas abiertas en revoltoso borbotón.
No quedan ni susurros que alteren este transe,
apenas el debilitado zumbido de la nada absoluta
que va menguando con los segundos,
en silencio me quedo, guardando mis palabras,
para cuando tenga el valor, otra vez, de decir.

domingo, 6 de marzo de 2011

Dualidad Inocultable

Abrumado cuando te tengo,
vacío si no estás,
exhausto de perseguir tu sombra,
inmóvil cuando no tengo que cuidar de vos,
se me parte el corazón a cada momento,
no hay felicidad plena
cuando en tu compañía desandamos las horas,
y hay un sufrimiento tangible y cristalino
como el agua, cuando te vas.

Quisiera tenerte siempre, verte reír,
quisiera reir tambíen con vos,
pero este alma incompleta no sabe disfrutarte,
este corazón acorralado no puede abrazarte del todo,
lo siento y me duele que así se me vaya este tiempo.

Estás creciendo, inevitable como los otoños,
van creciendo las alas y se que voy a maldecirme más tarde,
se que no hay retorno y la vida se va, inexorable, se va.
Espero algún día puedas comprender esta dualidad,
este dulce dolor que me cuasa tu presencia y tus idas,
espero que algún día me puedas perdonar.

No es falta de amor, es agobio para un corazón cansado,
no es falta de paciencia,
es el desborde de las sensaciones que no puedo ocultar,
me voy detrás de un atardecer a llorar a escondidas,
para que no llores por verme así,
no es falta de amor, es no saber como amar.

domingo, 6 de febrero de 2011

Faltas y vacíos (Extrañar)

El mundo me queda grande,
todos los océanos juntos son apenas una gota
en la inmensidad de mi vacío.

Un eco atronador se expande velozmente
sin encontrar oposición, paredes ni nada que lo dentega,
mi voz se va hacia el infinito, hacia dónde nunca llegué.

Sin aquellos ojos dónde apoyarme cuando no se dónde mirar,
sin los sonidos de la presencia, aunque sea lejana, mínima
de los pasos que circundan mi vida.

Sin percibir el transcurrir de los días, sin percatarme
que la escenografía cambia y el sol se esconde cada tarde
para resurgir esplendoroso a la mañana siguiente.

Emulando a Adán en los primeros días de la creación divina,
con la absoluta libertad de ir a ningún lugar, pues nada existe
y los caminos no se han trazado aún, detenido.

Mares que no son más que una masa amorfa de agua indecisa
que no sabe por dónde correr, silencio, atronador silencio
que no es capaz de quebrar mi más aterrador grito solitario.

Me pregunto y replanteo infinitas veces el devenir de mi vida,
intento dejarme llevar por el azar y el destino que voy escribiendo
y por el instinto animal de mi cuerpo hambriento.

Mientras no hay respuestas, más allá de mis pensamientos ahogados,
mientras mis palabras no tienen correspondencia en otra voz
y mis manos, mis manos siguen queriendo tocarte.

Qué difícil resulta definir el vacío, (¿la ausencia de lo que estuvo?)
cuán complejo es tratar de advertir el final de estas sensaciones,
mientras más lo pienso, más adentro de un pozo sin fondo me siento caer.

domingo, 16 de enero de 2011

Inconcluso

Quiero invitarte a mi mundo imperfecto,
quiero cantarte una canción sin estribillo
contarte una historia que tiene un final
que no hubieras deseado.

Quiero que seas parte de mi universo incompleto
mostrarte una galaxia sin estrellas ni sol,
que duermas un rato en la noche sin sueños
para qeu al despertar, no puedas recordar.

Sentirte caminar por dónde no hay caminos,
tomar el agua que no quita la sed
quiero invitarte a mi mundo roto y sin eje
que gira para cualquier lado y nos da igual.

Quiero que vengas cuando no te llame,
y que me hables cuando acudo a mi soledad,
quiero que veas con los ojos cerrados
para que entiendas lo que es no poder mirar.

Quiero que derribemos juntos estos muros
que nos hundamos en el barro de la incredulidad
que prometamos lo que no podamos cumplir
y que así y todo, tengamos ganas de estar.

Vagando en el cosmos de lo incierto,
con un puñado de pasos por desperdiciar
yendo sin rumbo y sin velas en el mar
y que el olvido, no nos pueda ganar.

domingo, 9 de enero de 2011

Darme cuenta

Cuando deje de contar el tiempo que falta,
cuando la sangre se hiele en las venas
y deje de golper alboratada en todo el cuepo,
cuando no necesite ver gotear la luna
en una noche clara, azul, perfecta.
Cuando pueda abrir los ojos y no perderme con el brillo,
cuando pueda ver las sombras sin preguntar de quien es,
cuando ya no necesite repetir un nombre
para darme cuenta que todavía puedo hablar.
Cuando no escriba sobre historias y recuerdos,
cuando pueda escuchar las canciones que escuchaba,
cuando el fuego vaya menguando y la hoguera
haya quemado parte de lo vivido.
Cuando el mar sea sólo mar y no inmensidad apabullante,
cuando las noches sean sólo noches y ahogo en el alma
cuando las ganas y el deseo sean sensaciones archivadas,
cuando las palabras ya no quieran salir.
Cuando el pecho se libere de la carga,
cuando pueda caminar sólo por un camino espinoso,
cuando la belleza sea la que quiera ver.
Cuando el sol deje de quemar mi cabeza,
cuando la brisa no sea más que bálsamo a la piel ardida,
cuando el hastío de los días perdidos no sea la cruz,
cuando deje de mirarte y morir por tocar tus labios,
cuando pueda esto, sabré que he dejado de amarte.

domingo, 2 de enero de 2011

Cuerpos paralelos

En un momento inesperado,
impensado a la hora de planificar futuros
y de trazar senderos ideales,
cuando parecía que la conspiración universal
por fin iba a suceder,
y nuestros cuerpos llegaron a la separación mínima,
cuando el conjuro funcionaba y los designios se cumplían...
el remolino fugaz y avasallante puso final a la alquimia.
Sin desesperarme, contemplé el cielo durante días,
tal vez esperaba que la magia vuelva,
que nos tome a los dos en nuestros lugares
y que con un lazo de viento nos una.
Tal vez esperaba que ese mismo remolino
girara en sentido inverso y que, cómplice del tiempo,
retrocediera los días hata el instante en que casi nos tocamos,
tal vez, sólo esperaba.
La historia fluye y marca mi piel con desatinos y aciertos,
con al boca reseca he intentado beber de ti,
con los pies desgastados por desandar caminos incorrectos
intento seguir la última ruta,
despojándome de los atavios que retrasan mi marcha,
quitándome de encima los recuerdos borrosos e hirientes,
bordeando las piedas que se empecinan en torcer mi rumbo,
tal vez así encuentre tu cuerpo,
tal vez...sólo tal vez.

Rabioso Amor

Abre su boca y una incontenible espuma rabiosa
chorrea pr la comisura de sus labios,
mancha sus dientes y el odio tiñe sus palabras
que salen todas juntas se agolpan y chocan
contra su paladar agrietado.

Palabras que salen en alud espumoso,
y no la dejan ver ni oír más que sus propias razones
mientras el brillo que supo ser gloria en sus ojos
ensombrece la mueca que le ha quedado por rostro.

Sus piernas, sensibles a todo tacto
se abren ante el mínimo roce oportunista, y a sabiendas
del vacío que vendrá se deja llevar,
¿acaso un minuto de goce superfluo no vale la pena?

Rompe contra el cristal algunas cartas
y fotos viejas que todavía quedaban allí,
como si el recuerdo se pudiera lavar como ropa sucia,
o tal vez lanzando un grito al viento.

Ama de las noches sombrías y desesperantes,
busca a tientas una orilla a dónde llegar,
dueña del odio más penetrante y agudo, me hace preguntar...
¿si tanto odia es que ha sabido amar?

Y la traición no se paga con otra,
y el amor no está detrás de cualquier flor...
traga su espuma rabiosa y se envenena,
se va muriendo, pero ni cuenta se da.

A destiempo

Tanto tiempo te busqué
sin querer encontrarte,
tantas noches me adentré al sueño
profundo y devorador,
recreando un momento que finalmente fue.
Era el temor premonitorio del final,
y las fauces abiertas y oscuras de cada noche solitaria
que apremiaban mis pensamientos
lo que me hacía no desearte con el alma.
Un mismo camino bifurcado en un punto inequívoco,
la bisagra de una puerta que se abrió muy poco me invitó a pasar
contra mis fuerzas, y se me cerró tan pronto
que casi no puede darme cuenta de cuando.
Nunca supe si me buscaste, si me soñaste alguna vez,
pero como el rayo aparecí para cambiarlo todo,
para trastocar tu mundo que dormía a la sombra de una historia tortuosa,
creí ser salvavidas, pero fuí fugaz, necesidad saciada y sólo eso,
pero quizás sean sólo mi corazón y cabeza partidos que así lo ven.
Cuando no hay sueño con firme vocación,
las imágenes se degradan lentamene y desaparecen,
cuando no hay deseo arraigado,
los cuerpos se despegan y la grieta entre ellos se agiganta,
se convierte en un salto imposible y monstruoso,.
No quise encontrarte, no quizás en ese tiempo,
no quise ser lo que fui, menos de lo que se espera.
Sin embargo quiero cruzar los dedos, llamar a mi suerte
guiñarle un ojo al destino y golpear tu puerta,
tal vez todavía se acallen las voces de tu casa,
quizás sólo el sonido del silencio habite solitario,
y quien sabe, un poco más feliz.

Pacto

Las promesas que te hice se deshacen bajo mis pies,
se quiebran como hojas secas
y el espantoso ruido que hacen es el lamento oscuro
de un final, de un atardecer que inunda un cielo moribundo,
un día cualquiera en mi existir.

Promesas que rompí bajo el encanto cegador
del fruto prohibido, un pacto que se desmorona
como una pequeña montaña de arena, que, más temprano que tarde,
se hundirá en el mar.

Las pisadas crujen, los gritos aumentan,
son aquellas cosas que prometí en mi nombre y en el tiempo
y que fundí bajo el abrasador calor de un cuento
que tenía un previsible final, y sin embargo,
no me atreví a dejar de contar.

Quedan los ecos dispersos de unos pasos,
rebotando en las paredes,
y cuando acaban, un silencio siniestro se posa sobre mis hombros,
y me hunde,
en un espectral manto mudo que esconde mis huellas.

Quiero verte, quiero recordar el contorno de tus labios,
reflejarme por última vez en el brilloso fulgor de tus ojos
y morir ahogado en tu risa desenfrenada,
quiero vivir un poco más, para no prometerte nada,
para no desbaratar el pacto, para morir en tus brazos cada noche,
y revivir entre tus piernas, cada día.

sábado, 1 de enero de 2011

Las Siete puertas

Siete puertas al pie de siete caminos
todas dentro del cono brillante de luz
que la luna derretida esta noche
ofrece como espectáculo sin igual
a los ojos más incrédulos, a las almas más duras.

Siete puertas y un destino, sólo un destino,
marcado y escrito con el polvo del paso del tiempo
inmortal y perpetuo, destino ineludible
qu se fija a tus ojos y adivina tus movimientos.

Se iluminan uno a uno, mientras amenaza la sombra entristecida
de los días que no dejan nada,
se adivinan bajo tierra las amargas raíces de la soledad,
pero cada raíz tiene su árbol, su fruto y su flor,
para embellecer el camino que al descubrirlo nos hará libres,
y nos hará perder un poco la razón.

Deseo abrir cada puerta pero cuento con sólo una llave,
una llave que abre cualquier puerta,
mientras la duda me asalta haciendo tambalear mi paso,
la fe en mi destino me fortalece para no caer,
y vuelver a decifrar una mirada que alimente un alma de ramas
secas y frágiles.

Siento mi pulso volar, flotar por el desconcierto,
siento mis pies hablar con el camino,
el fluír de mis pasos que anhelan el reencuentro, late
como las alas de mis pensamientos,
siete puertas, siete caminos y un destino sin dolor.

Aire cargado.

Justo cuando la fe mella la razón
y lo que es se cubre con un manto de incógnitas,
cuando se agiganta el deseo y arde la llama
la cornisa deja de desgranarse
y el temor de caer se disipa.

Pareciera que sólo queda un haz de sol
para entibiar una tarde desolada,
que en el último trozo de luz viajara la chance de ser,
o de volver, que puede ser lo mismo.
Per los momentos que quiero están arraigados
ocultos por el destino final que le da el tiempo,
y sin embarbo visibles y latentes como relámpagos
memoriosos en busca de justicia.

No queda tiempo para dar marcha atrás
no quedan ojos abiertos al olvido, no queda más.
En la quietud pavorosa de los días, calcados unos a otros,
el polvo dibuja huellas sobre las huellas,
tapa pisadas con nuevos trazos caprichosos
buscando formas diferentes en un mar terroso.

Queman las sombras
se derrite la noche y se fugan los cuerpos presurosos,
hay un ardor intenso, encendiendo el aire,
y la sensación de inminente explosión,
tal vez con el más mínimo roce de los labios,
tal vez con sólo mirarnos otra vez, como antes,
mirarnos sinceramente, una vez más.

Verdugo y juez

Así espero, agazapado detás de la noche,
soy testigo del silencio
y cómplice de mi soledad,
soy mi visión más difusa en el espejo.

Soy mi juez sin sentencia
y mi verdugo sin horca,
soy las palabras que no dije a tiempo
y hoy gotean mojando mis manos.

Mientras busco un nuevo sendero,
recorro y repaso en mi cabeza el viejo camino
aquel que me condujo a la nada,
pero me mostró todo al mismo tiempo.

Queda una cuesta por subir,
tal vez la última antes de llegar,
soteando mi propia sombra escalo sin mirar atrás
lo que dejé, lo que me dejó.

Queda una cuesta por subir
y las piernas tiemblan a cada paso,
mis ojos cerrados se niegan a ver
el último sol, el último ocaso.

Paz

Llega, se siente, se hace notar
la miro y me sonríe
la toco y me abraza,
con un guiño le doy la bienvenida
a mi mundo, a mi cotidiano transcurrir
y le pongo fin al rio revuelto.

Está presente, la huelo, respiro todo su olor
me transporta como un fantasma azul,
y la sensación de volar me envuelve,
paradójicamente, exita mis sentidos,
la alcanzo con la punta de los dedos
y compruebo finalmente que existe.

Es silencio y es agua golpeando las piedras,
es silencio y es el golpear de unas alas entre si,
es siliencio hermoso silencio teñido con el zumbido
de la nada, de la quietud extrema.

Ahora el cuerpo cae de espaldas y no golpea,
es una caída lenta y predecible
es la posición para contemplar un cielo detenido,
para ver la tranasparencia que hay en esa mirada
para sentirte dentro mio, sin culpa, sin tiempo,
sin pasos innecesarios y estériles,
para besarte sinceramente en los labios acuosos
para decir tu nombre, tu eterno nombre, paz.

Simpleza Absoluta

¿Cómo conseguir otra vez una sonrisa?
me bastaría esto para saberme vivo.
¿Cómo podría fundirme en tu cuerpo?
Sólo eso nececisto para sentirte viva.

Un gesto que me indique que tu búsqueda infructuosa
se termina en mis ojos,
y en un silencio que se prolongue más allá
de la noche templada.

Simples cosas que desbordan mi alma,
cuando el vacío apremia
simples cosas qeu detengan el universo
para poer mirarnos y reconocernos.

Pero nada de esto alcanza,
nada sucede cuando el hechizo se rompe,
cuadno el sol estalla en mi ventana
y desintegra el sueño nocturno de las cosas simples.