Adelante, sean bienvenidos

Bienvenidos a mi mundo, al refugio de mis ideas, al lugar donde puedo sin ningún temor expresar lo que siento y lo que me pasa "en tiempo real". Realmente es toda una experiencia y quiero compartirla con quien quiera leer.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Al olvido.

Tantas veces rogué para que no vengas,
y sin embargo esta vez te espero ansioso,
tantas veces he deseado que no existieses,
y hoy acudo a ti, con los puños abiertos esperando tu abrazo.

Hubiese querido no saber de ti,
no haber oído jamás tu nombre, pues,
quien quiere acaso, ser víctima del olvido y
pasar al formar parte del fondo de un cajón?

Tantas noches rogué en vano que no aparecieras,
que tu presencia agotaba mis deseos, que tu sólo nombre
hervía mi sangre por engrosar tus filas, ser uno más,
otro olvidado que se ha quedado sin más.

Pero hoy te pido disculpas, me ofrezco hermano tuyo,
te abrazo y te convido el último trozo de tibieza que me queda,
ah, mi estimado olvido, sin tan sólo pudieras aparecerte
y derrarmar sobre mi tu conjuro.

Y olvidar que pasó el tiempo,
olvidar que nada pudimos hacer para cambiarlo
(o todo y no tuvimos las agallas para hacerlo)
olvidar que ese hueco vacío tenía nombre,
que este corazón arrinconado, una vez sintió algo.

Olvido, cómo quisiera saborear tu victoria,
repasar el contorno de las heridas con mi mano áspera
y no saber el motivo, y que tampoco importe,
ah, olvido, hacete mio, que de recordar ya estoy muerto.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Palabras Rotas (Partes de mi)




Trozos inconclusos, letras disociadas, que no dicen nada,
sonidos apenas, leves, inaudibles,
gorgeos que se traban con mi lengua
y salen en oraciones diezmadas,
impercetibles desuniones vocales,
constantes consonantes atropelladas en mis dientes
y esta boca reseca que no tiene más por decir.

Partes que van saliendo sin sentido alguno,
pedazos de alma vomitada en al apuro de prevalecer,
instantes que congelo en la mente atiborrada
de palabras rotas, que no son más que parte de mi
que no quiero ya decir, ni cantar, ni pensarlas,
unos sonidos que se confunden el estertor en que
se ha convertido mi respiración agitada.

Monedas de cambio, esquirlas diminutas
de letras que no se acomodan a la lógica del lenguaje,
las tiro al vacío, recibo la respuesta, intento unir sus partes
y de nuevo al vacío, al viento que no susurra, al oído que no llegan
al remolino de frases que se dicen por decir mezcladas con las
que vuelcan todo lo que se quiere decir, confusión, irrealidad.

Estas palabras que ya no son tales, sino espinas de lo que una vez
fue una hermosa flor, y hoy no es más que una hierba devoradora
de colores y formas dolorosamente hermosas, pero que son parte
de los escombros orales que se acumulan en un montón sombrío,
húmedo y reseco a la vez, paradojas de esta vida.

Palabras rotas que no deseo unificar, ni buscarles significado,
palabras que se han desmembrado por nuestra propia desidia,
y que mejor que saber escuchar los sonidos ásperos de estas letras muertas
que golpean como los tambores atronadores del infierno,
que sibilan en el viento manso de septiembre, o de julio, o de quien sabe cuando,
¿qué más da? Si el tiempo es un puñado de palabras rotas.

No ha quedado nada.

Una nueva mañana,
y un nuevo amanecer,
minutos que mueren y nacen al instante,
convenciendome de que todo acaba, y todo comienza.

En la microscópica realidad de las cosas simples
veo el incesante rodar del Universo,
como jamás se detendría ante mi insignificante presencia,
como no podría yo jamás bajarme del mundo por mis urgencias.

Es que ya no ha quedado nada (ENHORABUENA)
ni las sombras pintadas de luna en las calles vacías,
ni la primera sonrisa que vi de lejos y se había hecho carne en mi mente,
ni la luz, ni la oscuridad en la que reconocía tu cuerpo con las manos, nada.

Como un condenado a muerte que sabé que el día de su ejecución llegó,
pero sabe que el dolor por fin se irá, que ya no tendra que contar la
historia que lo llevó ahí, sabe que ya no ha quedado nada, y lo agradece,
eleva su vista al cielo y como no cree en Dios, le habla en silencio para no ser oído.

Allí va por fin su historia, caminando hacia el patíbulo de las historias truncas,
dónde se acurrucan unas con otroas en el frío carnal en pleno verano,
ahí se va la mia, la nuestra, ¡y que alivio se siente!, la espalda ya no duele,
el corazón no reclama, los ojos no te miran, y el pecho no suspira, así debe ser.

viernes, 21 de septiembre de 2012

No te digo que...(No te digo)

Vaya a caer y no me ponga de pie,
que el pecho no se alborote en tu presencia
que el sol se me derrita en las manos por las noches
en las que tu ausencia reseca mi boca.

Que haber visto tu sombra, con otra sombra
haga claudicar mis intentos de volver a ser,
que conocer la realidad recorte las alas
de mis sueños más dequiciados.

Hoy, no te digo que...
Los pensamientos nublados alteran mi calma
no te digo que...
El despertar ausente de mi mismo rompe mis anhelos.

Espero el retroceso del tiempo con furibundas ansias
para fracasar rotundamente en mis intentos por olvidar,
No te digo que...El hedor de la soledad me impregna,
hoy no te digo que...no te digo.

Estar con las manos abiertas me permiten despedir,
soltar, dejar libre cada una de las falsas ataduras que me unían.
Hoy no te digo que, no saber sería mejor.

No te digo que...Hoy no te digo.
Mejor así.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Carencias que no son




Tengo pies y no estoy parado,
tengo piernas y no camino
tengo ojos y no veo,
tengo boca y no beso.

Tengo alma y no siento,
tengo corazón y no palpito
tengo lengua y no digo
tengo manos y no tomo.

Tengo brazos que no abrazan
tengo voluntad y no me muevo
tengo camino y no lo recorro
tengo sol y estoy a oscuras.

Tengo manos y no las abro
tengo espalda y no soporto la carga
tengo luz pero no claridad
tengo amor y no puedo darlo.

martes, 11 de septiembre de 2012

Insisto.



Mientras el agua me caía por el cuerpo en una ducha que intentaba sacarme definitivamente el sueño mi cabeza no dejaba de pensar, ideas, frases, posibilidades, elucubraba las posibles respuestas que me daría para volver a la carga otra vez y decidido a todo, esta vez sería así.
Lo volví a repensar durante el desayuno. Parecía que a esta altura sería inevitable sacar todo lo que llevaba tiempo guardándome. Hoy era el día, parecía no haber dudas de eso.
La calle me recibió de manera benévola, el aire se iba entibiando en las mañanas de los primeros días de septiembre “es la primavera, todo florece en la primavera” pensaba casi sin darme cuenta.
El tiempo se me desgranó tan deprisa que no me di cuenta casi de la hora, la hora en la que habíamos acordado encontrarnos (una vez más y por mi propia insistencia, aún a riesgo de ser intolerable) para tal vez, darle la estocada final a esta dilatada historia, o acunarla nuevamente para que rebrote otra vez….Porque en la primavera todo florece.

-Llegaste temprano – me dijo como si fuera un reproche, tal vez quería tiempo para pensar en lo que iba a decirme-
-Si, será la ansiedad no se, pero ¿Viste? Ya no controlo bien lo que hago.
-Está bien, no importa – me dijo desinteresada-
-Ya no se de verdad porque le das tantas vueltas al tema, me parece que te lo dejé claro más de una vez no? –Sentenció como siempre lo hacía.-
-Será mi tozudez, será mi aversión al fracaso (¿stá mal fracasar, acaso?)
-Bueno, pero no es bueno ni para vos ni para mi, vos ya sabés que…
-Pará, no me lo recuerdes, no hace falta.

Lo cierto es que si, que yo sabía, pero evitaba pensar en eso porque me dolía todo cada vez que lo hacía, y mi desesperación no era buena consejera.
Estábamos ahí, como dos extraños, como si fuera el primer encuentro en nuestras vidas, con muchos silencios en el medio de miradas que se esquivaban.
Yo sentía que era el momento, que era ahora o nunca y que nunca me mataría (para siempre, ¿e que otra forma funciona la muerte si no es para siempre?)

-Y entonces? – Me apuró.
-Y entonces…. – dije yo con tono cansado, como si no pensara en lo que iba a decir.
-Mirá, aunque yo ya se, como bien me dijiste, este va a ser otro pedido raro de mi parte, y se que va a sonar para cualquier lado, pero vengo a pedirte permiso.
-¿Permiso? –Se irritó repentinamente ante mis palabras-
-Yo sabía que ibas a reaccionar así…
-Pero ¿vos podés entender que yo no entienda? ¿Permiso?, ¿Permiso para que?
-Para seguir queriéndote, para seguir intentando contra todo lo que se no nunca va a pasar.
-Nooo, no…vos evidentemente no estás bien y la verdad ya me estoy preocupando, te mandaría a ver a un psiquiatra, de hecho….
-No, basta, no digas más nada…en realidad no es permiso la palabra adecuada, si no que Aviso, esa…te aviso que voy a seguir queríendote y que voy a seguir intentándolo, aunque se me vaya la vida en esto…quería que lo supieras.
-No, así esto de verdad que no va, ya lo hablamos miles de veces, vos sabés que siempre te voy a querer, que fuiste una persona importante, tenemos una hija y eso no lo va a cambiar nada pero…te pido por favor.
-Y en que cambiaria que me permitas mostrarte otra cara de mi? ¿No hay segundas oportunidades?
-A veces, no.

A veces no siguió retumbando en mi cabeza como un bombo atroz, mientras el mozo me traía la cuenta y la veía cerrar la puerta del bar detrás de si.

Silencios que enseñan

Necesitaba este silencio
interrumpido sólo por el gorjeo de los pájaro,
necesitaba escuchar mis pensamientos para entender
que el tiempo se escapa,
y que todos nos vamos un poco con él.
Que el universo sigue girando
y yo estoy inmerso en él,
aunque me crea furea de sus sistema.
Que este sol no es infinito,
que el dolor un día se evapora,
como el rocío en los albores del día.
Que el amor tampoco es eterno
y que no vale la pena una sola lágrima más
por quien no supo atesorarlo.
Necesitaba este silencio,
que se resquebraja por mi voz interior,
que me dice "basta de morir a cada instante",
de padecerme y de añorar.
Necesitaba este silencio,
para darme cuenta que tu voz
ya no existe.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Y no morir en el intento




Abrir la mano, soltar, dejar que se vayan y vuelen
No esperer que vuelvan, liberarme de todo pensamiento
Escapar a los estándares, reconectar, mirar hacia adentro
Para poder alzar la mirada hacia afuera.

Plantar un árbol, tener un hijo, escribir un libro?
O fecundar la semilla, ayudarla a crecer y expresar lo que siento?
Fluir, viajar, exapandir mi mente al conocimiento
Sentir, disfrutar, abrazarte cada vez que te encuentre.

Ser aliado del tiempo, ni padecerlo, ni apurarlo,
Acompañarte en el camino,
Que me acompañes en el mio, o el nuestro
Y que sea el tiempo quien nos vea pasar y no al revés.

Saltar, esquivar, sortear obstáculos,
Caerse, sentir el dolor,
Levantarse y sentir la satisfacción de hacerlo,
Subir la cuesta, llegar, mantenerse.