Adelante, sean bienvenidos

Bienvenidos a mi mundo, al refugio de mis ideas, al lugar donde puedo sin ningún temor expresar lo que siento y lo que me pasa "en tiempo real". Realmente es toda una experiencia y quiero compartirla con quien quiera leer.

domingo, 30 de mayo de 2010

Vi, centenario, vi olvido y dolor.

Me vi no en un sueño,
me palpé y me llené de realidad
los ojos humedecidos, opacos, tristes,
por las imágenes miserables y dolorosas.
Me vi, rodeado de mezquindades y atropellos,
de bolsillos llenos y estómagos vacíos,
pequeños estómagos vacíos, moribundos y fétidos.
Me vi parado a un costado de la vida,
por primera vez no hice foco en mi y dejé de mirarme,
para ver, paradójicamente por primera vez.
¿Cuántas veces vemos sin observar?
¿Cuántas cosas pasan cerca nuestro y ni nos rozan?
¿Cuánta vida vemos quedar en el camino sin hacer nada?
Todo, mucho y más.
Me vi, no en un sueño,
sino en una realidad helada que cala los huesos pálidos
y quebradizos de nuestras existencias mínimas, insignificantes,
veo los rostros no de la desesperanza, de la resignación
más absoluta, al mismo tiempo que escucho las voces más atroces,
las que dicen que harán y no hacen,
las que dicen que se preocupan y no les importa,
las que callan cuando se los arrincona y bajan la mirada,
con el peso de la culpa clavados en la nuca.
Me vi en un sueño,
me vi luego de estallido mayúsculo de los dolores más agudos
me vi dentro de un pueblo con posibilidades para todos,
sin hambre, sin chicos desnudos y congelados,
sin miserables y mezquindades,
pero me vi en un sueño.

viernes, 28 de mayo de 2010

Me basta con...

Alcanza con un segundo y mirarte fijo,
para saber que sos la pieza que faltaba
en mi rompecabezas,
el punto final de mi oración.

Basta con oír tus palabras medidas
para ahogar la ansiedad y la angustia,
para entender el propósito de mi propia vida,
que creía muerta hasta hoy.

Sólo necesito verte ahí, ni tocarte ni besarte
para sentirte en mi piel y mis latidos,
y comprender que los sueños no se rompen
se transforman en algo simple, mejor.

Alcanza con tus brazos dispuestos siempre
para sentir la contención necesaria,
y saber definitivamente..."ya no estás solo"
hoy somos dos y somos uno.

Tu cielo es para mis nubes,
tu sonrisa para mis manos,
tu mirada para mi alma rebosante
tu corazón el ritmo para mi vida.

Fugaz como el rayo


Un instante, apenas un parpadeo,
un rayo fulminante que conspiró
con el universo y destacó tus ojos,
esos ojos dorados y su efecto final,

El universo me puso cara a cara
con mi vida simple,
y me enfrentó a tu mirada cómo bálsamo
reparador de angustias viejas y ancladas.

Fue tan simple como borrar las nubes
con la mano,
como cerrar los ojos y creer en la noche,
simple como vos, así es amarte.

Alma nueva, y reparadora de males
cicatrizante infalible tus labios
que se sellaron con los mios al segundo de verte
para volver a sentir que es posible.

Convencerme que estaba vivo fue tu misión
borrar las huellas del pasado
con cada paso nuevo que dimos,
asomar la cabeza, tomar aire, recomenzar.

Pero el sosiego mayor llegó con el sueño,
al verte dormir despojada de dudas
mansa como el mar en otoño
zurcado por la brisa.

Promesas

No puedo prometerte rosas
para cada aniversario,
no te prometo cenas románticas
ni las velas, ni la luna llena.

No puedo prometerte que no vaya
a cometer los mismos errores,
tal vez los cometa, y peores,
no puedo prometerte otra vida.

Tal vez no pueda prometer ser otro,
es probable que sea el mismo o peor,
no puedo prometerte el mundo,
sólo puedo prometerte amor.

No podré prometerte noches mágicas,
ni cálidos días bajo el sol,
no te prometo nada más que esto
nada más que yo, y mi amor.

No te prometo nada especial, vida mia,
más que mis brazos, siempre
mi cuerpo dispuesto a vos,
sólo te prometo nuevamente, mi amor.

Sólo si decidís volver a soñar,
si te permitís retomar el camino,
si decidieras remendar junto a mi,
tu corazón y el mio, nuestro amor.

Pena eterna

Corren como un río irreverente
por mis venas secas,
llevándose todo por delante,
mis sueños y esperanzas.

Las penas tiene la fuerza natural
de un tornado arrasador,
metiendo en su embudo mortal
las miradas que nos cruzamos.

Succiona mi cuerpo adormecido,
y me dejo llevar, no opongo resistencia,
las penas me inundan,
el dolor profundo me corroe.

Mis brazos oxidados de tanto llanto,
se rompen en medio de esta tormenta
y se me van, se alejan inexorables
como si no fueran mios.

La pena se eterniza en mi cielo
tu cuerpo ausente, el motivo más cruel,
y tus ojos cerrados mi muerte,
lenta muerte, furiosa agonía.

El templo de las sensaciones


Se erige allí, ante la mirada atenta
de la ciudad insomne,
son los vestigios vivos de lo que fue,
las ruinas humeantes del templo.

Arrasado por el fuego brutal de tu mirada,
y sacudido por tus movimientos constantes
la cúpula que un día estaba,
hoy es ventana inmensa al cielo muerto.

Huyeron los profetas que predicaban,
hacia otras tierras, tal vez desiertas,
y tras ellos se esfumaron las falsas promesas,
las palabras se quemaron instantáneamente.

Mis ojos en fuga se cierran en defensa,
no quieren ver el templo devastado
ni ser testigos de la debacle inminente,
se resquebrajan los cimientos y se derrumba el cielo.

Llueven las cenizas de las paredes caídas,
mis manos quemadas gritan mi dolor,
en un silencio estremecedor,
sucumbe mi alma un poco muerta también.

El fuego es una realidad inevitable,
el templo es una masa de humo violeta
y en el centro tus ojos bien abiertos,
me gritan que me vaya, que no vuelva jamás.

martes, 25 de mayo de 2010

Sin saber que hacer

Hoy es uno de esos días en los que no me queda muy claro como tengo que actuar como tengo que ser frente a una circunstancia muy delicada de mi vida. A veces el no confrontar para poder calmar las aguas me lleva a dejarme avasallar por el otro y aún sabiendo que tengo razón o que mis dichos son justos no puedo ponerlos de manifiesto. Dolor, la verdad se siente dolor, porque lo que menos quiero es una escalada bélica en torno a esta situación, pero tampoco quiero dejarme llevar por delante. Entonces? la verdad es complejo, pero lo bueno de todo esto es que en este proceso en el que entré hace poco más de un año, he aprendido algo sobre la meditación, sobre determinar que lo mejor sucederá en mi vida, y que lo que pasó, efectivamente pasó, que las cosas suceden por algo y que todo lo bueno y lo mejor para mi está por suceder. NAM MIOHO RENGUE KYO.

lunes, 24 de mayo de 2010

A mi alrededor


Puedo ver dentro de tus ojos grises
la marcha de los barcos que se alejan
con un dejo de tristeza y una estela
de desesperanza desgarradora,
hacia algún puerto desconocido, lejano.
Puedo ver cómo navegan en tus lágrimas azules,
sin voltear la cabeza, pues podrían volver
pero no quieren, las cartas ya fueron jugadas
y el destino caprichoso dictó su sentencia,
lejanía y mar abierto, entre tus barcos y mi puerto.
Y aquí me quedo, con las amarras en la mano,
esperando que algún día el viento sople en mi dirección,
que las estrellas se alineen y les muestre en rumbo
hacia mis costas vacías, casi inhóspitas pero deseosas
de recibirte en un retorno triunfal.
La luna parece rasgar la piel azabache del cielo manso,
con su irrupción, es cuarto creciente, y se va llenando de esperanzas,
de mágicos momentos recreados por la imaginación,
de los pocos marineros que quedan en mi puerto sagrado,
con las manos llagadas y el corazón empapado, de llanto amargo.
Pero tus barcos siguen curso firme y acelerado
hacia el otro lado del mundo, hasta la tierra olvidada,
dónde quizás encuentren la razón de este viaje,
tal vez el olvido, tal vez un poco soledad.
Puedo ver en tus ojos grises como navegan detrás de tus barcos
mis angustias, mis miedos y mis deseos como su escolta,
como te persiguen mis sueños más blancos y etéreos,
puedo verlos desde mis ojos vacíos, con mis manos abandonadas
a su suerte, al su propio designio, puedo verte alejarte,
que es verme morir un poco, pero no puedo verte morir,
pues ahí me moriría con vos, del todo.

domingo, 23 de mayo de 2010

Sonidos Mortales

El susurro de tu voz metálica
resplandece en mis oídos apagados,
una bocanada de tu aliento con notas frutales
se opaca con el amargo sabor del adiós.

Las crujientes ramas secas de mi árbol
estallan en detonaciones ensordecedoras
bajo mis pasos falsos y errantes,
me desangro en savia rota como mis sueños.

Mi cuerpo gira en círculos concéntricos,
movimientos espasmódicos y disonantes,
acordes destrozados que me dejan sin cación
sin melodía, ni palabras para decir.

Otra vez tu aliento me asalta,
ahora con el sabor agrio de la despedida,
un beso acuoso en la frente despejada
y tus pasos que se alejan sigilosos y firmes.

Mi sol seca las últimas hojas sin caer,
pesadas por el rocío interminable de la mañana
más lejana y ausente de todas,
ya no gira el cuerpo, cae pesado en el umbral del deseo.

Las palabras metálicas rechinan en mis oídos negados,
los párpados caen como un sol de atardecer
lentos y encendidos en amarillos y rosados mortales,
la muerte ya no es un sueño, tal vez, mi redención.

Historia

El destino quiso ponernos como fichas
en su tablero para jugar su juego
las palabras cruzadas nos envolvieron
y las imágenes a al distancia nos ilusionaron.

Así comenzamos a escribirnos,
en sesiones trasnochadas de charlas virtuales
la distancia no importaba,
el juego estaba en marcha y el destino era inexorable.

Las palabras iban y venían,
se reflejaban en nuestros ojos chispeantes,
mientas las fichas eran movidas, quizás por Dios,
a su antojo pero con nuestra complicidad.

El perfecto encuentro fue tan planificado como el sueño,
verte esperándome me parecía irreal,
a mi? de verdad me estás esperando?
me paralizó un pánico extremadamente frío.

La sangre se me derritió con el primer beso profundo
aislados de la noche y del entorno, éramos sólo vos y yo,
en una ciudad extraña para mi,
pero con la parte que completaba mi existencia.

Las miradas se sucedieron,
hasta que tu cama sencilla se abrió para mi,
para mis deseos más ocultos,
para que el amor se abriera paso a empellones.

Congelados por el frío mañanero
nos encontramos entrelazados en tus sábanas tibias,
luego de un amor a oscuras pero exquisito,
mi piel seca dejó de preocuparme.

Pero como toda historia es pasado,
son apenas añoranzas de lo que fue,
a pesar de que sueño otra vez con ese viaje
que no llegará, para que no me recibas.

Simple

Un despertar aromonioso,
con el cuerpo tibio y tu compañia,
la claridad de un domingo cualquiera
filtrándose por la ventana sigilosa, como intrusa,
un mate caliente en la cama,
y la serenidad de tus ojos claros mirándome,
el llamado lejano de mi niña, su carita sonriente
ella y sus ganas de compartir trepándose a la cama,
instantes sagrados para mi fe renovada.
La música no pretenciosa de la calle en invierno,
el calor de tu sonrisa y el fuego eterno de tu vientre,
las horas que pasan inadvertidas,
y los fragmentos que se eternizan en mi memoria.
Yacer a tu lado esperando una caricia, un roce sutil,
y otra vez tus ojos, que simples mi amor!
El aleteo de mis sueños se conjuga con tu risa,
y conspiran con mi esencia para recrear la perfección del momento.
Si pudiera inmortalizar el momento con una simple palabra
lo haría, pero no encuentro la palabra adecuada,
un gesto del destino, la calma me atrapa y me dejo,
simple mi vida, mi amor es simple como esta hoja,
a veces imperceptible como la brisa, simple Amor.

Soñar a ojos abiertos

Amanecer soñoliento y hermoso,
el cielo es prácticamente cristalino
y sin vestigios de la noche pasada,
puedo ver un sueño escrito en tus ojos abiertos.

La quietud es inquietante en un punto,
frente a mi se sucede el día, lento,
casi como si fuera una pintura expuesta
como los trazos azulados sobre el lienzo pálido.

Y allí, en ese instante, finalmente sucede,
mágica secuencia cuadro a cuadro,
puedo verte parada en una estación,
esperando la llegada de mi viaje, con tus cabellos ondulantes.

La brillantez de tu sonrisa es casi irreal,
fuera de este mundo y de todo lo conocido,
son tus ojos, simples y complejos al mismo tiempo
es el misterio que encierra parte de este sueño.

Mi universo cobra forma repentinamente,
se moldea en torno a tu figura grácil,
y mis manos soñadoras recorren ese universo
investigan y exploran cada palmo de tu piel.

No existe y ael paraíso, el día es minimizado a la nada,
al lado de tus ojos cuando se abren,
puedo ver un sueño escrito en tus ojos abiertos
sueños leves, de sonrisa sin fin y cuerpos tibios.

Quisiera decirte

Miles de palabras se agolpan en mi boca seca,
y pugnan por salir y decirte,
palabras que se mezclan y salen juntas, torpemente,
bajo este cielo tornazolado y acuoso.

Palabras incompletas, frases sueltas y desesperadas
que intentan detener infrutuosas, tu marcha,
tu partida a esta altura inevitable,
balbuceos incomprensibles para la mente pero no para el corazón.

Mis dientes son al presa que las detiene,
mi boca seca es terreno no apto,
si tan sólo pudiera recibir un beso!
un sólo beso y el arco de colores de este cielo viviría en mi!

Quisiera decirte, quisiera expresar tanto sueño
tantos momentos qeu he idealizado junto a vos,
pero las palabras no son más que la expresión de sonidos
como el desgarro atronador del alma vacía.

Llueve mi amor, y mi castillo de arena gris se desmorona,
y me sepulta bajo las cenizas del cielo incinerado,
las huellas que dejamos ayer a orillas de este mar,
son devoradas por las olas impiadosas del futuro incierto.

Se me acaba el tiempo para poder decirte,
y las palabras ávidas por salir de mi boca seca se detienen,
se hacen lentas, se adormecen en un atardecer ocre,
no me que da más por decirte que...Adiós.

Tus Huellas, mis sensaciones

Puedo verte aún en la oscuridad de esta noche,
bajo un cielo gris pesadísimo,
puedo oírte en este silencio atrozmente absoluto,
sentirte cerca a pesar de esta distancia,
saborear tu boca en este vacío.
Puedo sentirme acompañado
en esta soledad enloquecedora y mortal,
caminar aún sin mis piernas y seguir ciego
tus pasos leves.
Puedo soñarte aún sin conciliar el sueño,
y sentir mi fe, ardiendo en mis entrañas,
puedo tocarte aún abrazando la nada,
y sentir el perfume de tu piel en mi cama,
cuando ya te has ido hace tiempo.
Puedo conservar la sensación de tus cabellos
en mis dedos rígidos, casi muertos,
y explorar en tus ojos, aunque estén cerrados.
Puedo darme una vuelta por tus deseos,
aunque tenga vedado el paso,
y se me niegue el ingreso a tu cuerpo.
Puedo ver como enciendes el día,
con sólo despertar a mi lado aunque duermas,
en otra cama.
Puedo amarte hasta morirme así, en este silencio,
en esta noche y en las otras,
bajo la oscuridad tenaz de este cielo que fue nuestro,
y en el morir de los días, se nos escapa.

No hace falta

Para descubrirla tristeza
me basta con ver detrás de tu mirada
con percibir el leve temblor en tu voz
cargada de la resignación que te acompaña.

No hace falta tener piernas
para sostenerme, sólo necesito verme
en tus ojos claros,
y anclarme en tus aguas.

Para calmar mi sed, no necesito agua
me basta con beber de tu boca
el dulce perfume de tus besos simples,
no hacen falta ni las flores ni las velas.

Para amarte me alcanza con tu cuerpo desnudo,
no hace falta la música suave,
ni la gala, ni las copas ni esa cena,
me hace falta nada más que nuestro deseo.

Puedo percibir tus pulsaciones aceleradas,
cuando mi boca prueba tu cuello,
mientras mis manos te despojan de la ropa,
no hace falta ritual, sólo poner allí el alma.

NO hace falta una noche mágica,
no hace falta la rosa en la mañana,
sólo me hace falta que me mires en silencio,
con tus ojos claros.

Belleza al Alba

El sol apuñala mis pupilas entreabiertas,
mientras espero ver al menos tu sombra
merodear alguna calle, mi calle,
circundar mis pasos detenidos.

Me recuesto de cara a este sol,
para oír la maravillosa música del silencio
y soñar en la quietud que me invade,
tal vez estés en mi sueño, y te deje entrar.

Sueño un cielo que parece incendiado
una explosión en naranjas y violáceos,
que enmascara mi rostro adormecido
zurcado por una brisa gentil.

En este silecio puedo oír,
el abrir y cerrarse de tus ojos claros,
hasta el ruido casi ensordecedor
de tus lágrimas de cristal al romperse en el piso.

Tu respiración tan sutil,
como el roce de mis labios sobre tu piel,
el despertar de las sensaciones dormidas,
amanece en mi cuerpo con calma y furia a la vez.

En mis pasos detenidos, sólo a vos te veo,
mientras el sol hiere estos ojos cegados,
que te ven aún al cerrarse
como mi piel te siente aún cuando no me tocás.

Siempre en mi

Poco tiene que ver la distancia,
no entiende de tiempos el amor
tu nombre va conmigo,
fluye en mi sangre tibia.

Llevo la primera caricia en mi piel
como un tatuaje, como tu sello
y me quedo con la imagen de la primera vez que te vi,
parada en medio del frío de esa no che de julio.

Más de trescientos días nos separan,
muchas lunas congeladas en el
aterciopelado cielo negro que nos ampara
con sus estrellas inmóviles, como ojos vigilantes.

Y sin embargo, es como si nada hubiera pasado
como si la rueda hubiera parado
para darme tiempo a reaccionar, y recuperar tus ojos,
esos que me llevo en los mios, a cada paso.

Poco sabe de olvido, de inivernos y veranos ausente,
cuando me guardo en mi intimidad tus besos
cuando pienso en decir otro nombre y digo el tuyo,
cuando miro a la vida y callo.

Noche amarga, solitaria y tenaz,
que intenta aferrarme a una realidad compleja,
a estos momentos que intento desterrar
cuando vacío mi valija, esa que lleno de vos.

Te siento como mis alas protectoras,
escudo inquebrantable contra el tiempo
te llevo dónde voy,
en mi sudor y en mi llanto pierdo parte de vos.

Estás en mi, en mi carne y mis angustias
en mi cuerpo tembloroso y cansado,
en mis pasos errantes y dispersos
vas en mi, sobre mi, como esta noche.

sábado, 22 de mayo de 2010

Pensamientos

Estás ahí y no puedo tocarte, te tengo al alcance de mi mano y no puedo rozar la tuya siquiera, ver tus ojos, ¿sabés que es de lo que más me gusta de vos no? tus ojos, celestes, cristalinos, claros como el día, pero ya no me miran y no puedo lidiar con eso de verdad que no puedo.
He tratado de pedir perdón de todas las formas posibles, intenté vaciar mi alma por completo para ver si podías rescatar eso que una vez nos unió pero parece ser que todo es en vano. Sin embargo dicen o mejor dicho me digo yo que la peor de las batallas es la que no se libra, la que no se lucha y en eso estoy.
Como remando contra la corriente en una carrera contrareloj para que tu corazón alado no se vaya detrás de otro, para que tus besos peregrinos dejen de buscar bocas casi por desesperación y vuelvan a posarse sobre los mios...No lo se, quizás no sea así la cosa, traté de soltarte la mano, te lo dije, te juro que quiero creérmelo pero por ahora me resulta muy difícil hacerlo.
Tener la certeza que hacer el amor con vos es tan utópico como creer que se pueden contar las estrellas me hace trizas lo que me queda de corazón. Saber por otro lado que tu cama se abrió para otro...que puedo decir sobre esto? Sólo sentarme a solas con mi alma y hablarle, preguntarle porqué cometí aquel error si sabía que lo pagaría tan caro como la soledad misma.
Me pasa la factura la vida, se me rie el destino y se me viene todo abajo. Intento por todos los medios olvidarte, te juro, creeme que quiero sacarte de mi vida y emprender el camino hacia nuevas almas, lo he intentado pero nada me llena, no me convence, se me vacía la mirada y se me enfría el corazón con los otros cuerpos, no siento nada, al menos nada de lo que sentía por vos.
Se que tal vez suene raro, si te deso tanto, si te quiero tanto y si me duele de esta forma esta soledad porque te dejé ir? porqué te descuidé? porqué dejé de verte? porque no era yo, o era la peor parte de mi, porque...no tengo respuestas y poruqe tal vez como se suele decir, uno valora lo que tiene, justamente cuando lo pierde.
Tenerte cerca sin poder darte un beso, es como morirse un poquito cada día.

Frio feroz en el alma



He decidido salir sin rumbo,
pisar las hojas secas que derriba el otoño
y llevar mi alma a dónde vayan mis pasos,
mente vacía, corazón tambaleante.

Salir del encierro y del olvido,
recibir el hielo en las manos hasta quemarse
ver que otros se aman, y olvidar,
vaciar los bolsillos del polvo pasado.

Distraer la mente silbando una canción
hacer de cuenta que el frío no existe,
sentir el engaño de tus manos junto a mi,
sufrir, y llorar cada segundo hasta olvidarte.

Me llevan mis pasos por ahí,
me tropiezo con miradas extrañas
y levanto la vista a mi cielo eterno,
azul punzante, cegador en un instante.

He decidido salir sin rumbo,
a dónde me lleven mis pasos
hasta cualquer lugar de la tierra
dónde por fin no sienta el frío feroz en el alma.

Palabras y colores

Las puedo oir flotando en el alba,
como el aleteo silencioso de la mariposa,
sutiles, hirientes a veces, filosas
palabras que no quisiera oír,
pero ahí están perforando mi coraza acústica.

Enredadas como conversando con el viento
que me envuelve en la esquina más solitaria
de mi ciudad, que me mira y también me habla
pero no puedo comprender su mensaje.

Una pincelada azul metálico las hace un destello,
las oigo y las veo, como para no perder el sentido,
palabras que se me graban en los ojos tristes y acuosos,
palabras de despedida, de final y con sabor a derrota.

Quiero detenerme, dejar en blanco la primera página
de mi mente abrumada, para dejarme inundar en letras rojas,
letras sin tinta, impregnadas de mi sangre borboteante,
ávida de tu calor, palabras que espero desesperadamente.

Paro. Finalmente puedo hacerlo en medio de todas esas miradas,
me voy por un rato de este universo inconcluso
y escribo unas cuantas poesías sin pensar,
las palbras fluyen de mi mano en naranjas y amarillos, furioso atardecer.

Ahora las veo, las oigo, las percibo en mi paladar
y capto todo el sabor de tu hablar,
se me congela la lengua adormecida y no puedo responder,
intento decir algo, tal vez escribirte no te vayas, pero es inútil.

Se me va la ciudad, me deja y me quedo,
se me apagan las luces rutilantes de todos los carteles,
se me olvida como escribir mi nombre,
se me va la vida, las palabras, todo, si te vas.

Perdidos

Nada la mente en un mar
de preguntas sin respuesta,
se empeñan los ojos en observar
porque por ahora sólo pueden ver.

La búsqueda se hace intensa,
el cielo cambia su piel y ahora
es escarlata, casi vino, casi sangre
y tiñe la ciudad enmudecida.

La mente busca retazos de imágenes
que le manda el corazón anesteciado,
fragmentes, instantes, segundos, tal vez más tiempo
y los proyectan la mirada hueca.

Se alzan unas pocas voces que hablan
pero no dicen nada,
algún murmullo tímido del más rebelde
es apenas un balbuceo incomprensible.

Perdidos como turistas en una gran urbe,
presos de los propios pensamientos
esclavos de los dolores que no podemos sanar,
perdidos e incapaces de amar.

Ciudad Extraña

Me encuentra la calle totalmente vacía
ausente de sombras
carente de sonidos y de gentes
apenas algún indicio de lo que una vez fue.

Camino bordeando baches y desechos,
anhelando ver algún vestigio de vida
al menos unos ojos, una huella,
pero no hay nada, es extraña la ciudad.

Detengo mi mirada y observo, busco,
agudizo la mirada para tratar de ver algo,
un resquicio, alguna luz que se filtre
entre las grietas del asfalto devastado.

Creo escuchar un sonido, pero no,
mi mente suele engañarme de esta forma,
los pasos son cada vez más inseguros
con un dejo de tristeza al caminar.

Y está extraña la ciudad,
si alguna vez me pregunté como sería la nada
esta es sin dudas, la respuesta más certera,
se cierran mis ojos, se nubla mi alma.

Me entrego exhausto,
no hay mucho más por hacer,
me recuesto en un banco de la plaza muerta,
a ver si te sueño, y me olvido de esto.

Querida MUJER

Voy hacia vos, recibime
te hablo a vos, mujer, escuchame,
me duelen tus ojos, mirame,
me faltan tus manos, acariciame,
me hieren mis actos, perdoname
se vacía mi espíritu, llename de vos.
Camino tus pasos, mujer, acompañame,
busco en tus pies el destino, enseñame,
siento la ausencia feroz de tu cuerpo, vuelve
no esucho más que mi eco, mujer, hablame.
Quisiera cambiar la mueca de mi rostro, mi amor
busco recuperar la fe, creeme,
relato en soledad mis penas, redimime,
deseo hacerte feliz, sentime.
Voy en el viento a su antojo, atrapame,
deseo volver a tu cuerpo tibio, amame mujer,
que ya no se dónde buscar.

Saltar

Busco dar el salto,
no importa la dirección
por sí, dar el salto.
Espero el momento y me agazapo,
mi alma busca un resquicio
por donde penetrar y saltar definitivamente.
Hacerlo se torna impostergable,
dejar atrás la mirada vacía y cobrar el coraje
necesario para saltar.
Soltar las manos que te agarran,
librarte del peso innecesario de la historia
eludir los pensamientos de lo que pudo ser.
Saltar.
Busco la plataforma gris para hacerlo,
voy a tientas entre las nubes de los recuerdos
y la bruma tormentosa de un dolor agudo,
pero no dejo de pensar en el salto.
Como condición infranqueable para los próximos pasos,
como pergamino sagrado de mi nueva fe,
como acuerdo de paz entre nuestros cuerpos
como disparo al cielo que asustó a mis demonios,
Saltar,
y comenzar un nuevo sendero.

Mujer

Las caricias caen como catarata
sobre mi cuerpo extenuado,
y me ofrecen el descanso que necesito
me redimen, calman mi sed.

Tus manos invaden mi espacio
y las dejo entrar sin mayor resistencia,
mientras las dejo libres para que me recorran,
que exploren mi piel, mis sensaciones.

La noche es un suspiro,
las bocas se funden y el aliento
se fusiona en una bocanada infinita,
los cuerpos extraños empiezan a reconocerse.

Verte yacer a mi lado,
enredada entre mis sábanas cálidas
resplandece mi alma en paz,
mientras mis labios prueban tu piel.

Mujer, las cosas cobran sentido
los colores se renuevan súbitamente
el dolor fue sepultado por tus ojos
y mi alma lo agradece.

domingo, 16 de mayo de 2010

Pedacito de Vida


No había miedo, tal vez ansiedad
por conocer tu carita finalmente
por conectarme con tus ojos
por primera vez, esos ojos que
me recordaban dos gotitas de agua.
Ahí estabas, dejando por algún instante
el vientre cálido de mamá,
quien con paciencia infinita te alimentó
y protegió un largo tiempo.
No había miedo, sólo había felicidad
imposible de describir con palabras.
Toda la fragilidad de tu cuerpo
entraba en mis manos, felices manos,
que nunca más te irían a soltar.
Tu llanto llegó como un alivio al saber que todo iba bien,
tus pequeños pies me mostraron qu tus pasos serían firmes
y que irían siempre al lado de los mios,
ni delante, ni detrás, tan solo a la par.
No había miedo, sólo la certeza de que todo mi universo
había cambiado para siempre,
contarte los dedos fue inevitable, sentir el olor de tu piel
impregnada con el aroma del vientre de mamá,
y escuchar tu corazón todo lo que necesitaba.
No había miedo, existía una sensación en el aire
que parecía haber detenido el mundo,
y que no existía otra cosa más que vos,
mi pequeña vida, mi hija, mi motor.

No digo que...


Lava esta lluvia,
arrastra y limpia la vieja piel
riega nuevamente el jardín
que parecía detenido en el tiempo.
Cae este agua y la siento
rodar por mi cuerpo,
impulso definitivo al destino para dar el paso,
movimiento preciso para sacudir el polvo.
Algunas luces despiertan y me acompañan.
Amanece.
La chance infinita de intentarlo nuevamente
colma todos mis pensamientos,
y entibia mi sangre lenta.
La lluvia cae y lava lo que no está
cambia el color de mi jardín,
y se abren nuevas flores, pequeñas, frágiles,
hermosas y llenas de una vida nueva.
Ya no hay sombras que acechan,
no quedan ojos mirando hacia atrás,
las cenizas se fueron apagando
para dar lugar a una nueva llama.

Un sueño



Y si le pido a la vida un sueño?
y si le pido qeu me deje ser?
y si le pido que suelte mi amarra
para navegar que me quieran así?

Y si le pido a la vida un sueño?
en el que pueda regar mi esencia?
y si le pido a la vida una chance
de mostrar mi cara menos gentil?

Y si le pido al sueño una vida?
y si le propongo un pacto de no sufrir?
y si a mis manos les suelto las cadenas
que me amarran al pasado y no me dejan seguir?

En otro cuerpo

Que tus besos caigan como catarata
en otra boca,
que tus manos rocen otra piel,
que tus pasos sigan otro camino
desgarra mis sueños de lo que no fue.

Que tus ojos miren otro paisaje,
que tu flor se abra ante otro sol,
que tus piernas se entrelacen en otras
rompe mi pecho en agustia atroz.

Que tus palabras tengan otro oído,
que tus sueños otra cama,
que tus penas otro consuelo,
clava un aguijón punzante en mi corazón.

Que tu deseo tenga otro nombre,
que tus latidos otro sentir,
que tus alas otro vuelo,
inunda de llano mis ojos grises.

Que tu boca tenga otra boca,
que tus manos otras manos,
que tu sed otro agua
no hará que mi amor muera otra vez.

Que no puedo, que no quiero

No puedo sentarme frente al paso del tiempo,
y ver como los segundos se me escapan
en una cámara lenta mortal.
No quiero esperar en vano que tus ojos
vuelvan a mirarme y descubrir el brillo
que una vez dijiste, veías en los mios.
No puedo acostarme en el colchón
de los sueños rotos viendo aquello qeu no pasó,ç
y lamentarme por lo que pudo ser.
No quiero jugar a las escondidas con mis sueños,
y dejar que todo pase por azar,
a ver si el destino me hace un guiño ganador.
No puedo quedarme parado frente a la historia,
y sus inapelables decisiones,
sólo para ver si un día decidís volver.
No quiero sentir la pena ahogando mi pecho
cuando quiero nombrarte en sueños,
y me reprimo para no pensarte más.
No puedo, no quiero, no debo,
y sin embargo, este amarte me hace mal.

sábado, 8 de mayo de 2010

Recuerdos que se extrañan

Todos mis recuerdos sobre vos
flotan en una nebulosa impenetrable
manchan con un rocío ensangrentado
cada flor de mi jardín deshojado
y olvidado por el paso de esta vida fugaz.
Cómo no extrañar esa risa descontrolada
por alguna ocurrencia mia?
Cómo no extrañar dibujar una sonrisa en tus labios
si extraño todo tu ser, aún en esos días?
Se hacen carne los momentos,
instantáneas indelebles que se reflejan en mi retina
sólo con volver a verte.
Esos instantes irrepetibles que guardo para mi,
por más que el espacio vacío en mi cama
tenga quien lo ocupe.
Decime, cómo podría no extrañar esos besos?
si extraño esa forma particular de ver las cosas
en la que siempre hay algo que reprochar?
Has llegado a mi vida tan fugas como te fuiste,
ese vuelo golondrina emigrando hacia otro destino.
Decime, vida mia, si acaso pudiera no extrañar
tus manos inseguras, buscando refugio,
aún cuando tus palabras hieren más que la espada,
claves que aún debo resolver.