
He decidido salir sin rumbo,
pisar las hojas secas que derriba el otoño
y llevar mi alma a dónde vayan mis pasos,
mente vacía, corazón tambaleante.
Salir del encierro y del olvido,
recibir el hielo en las manos hasta quemarse
ver que otros se aman, y olvidar,
vaciar los bolsillos del polvo pasado.
Distraer la mente silbando una canción
hacer de cuenta que el frío no existe,
sentir el engaño de tus manos junto a mi,
sufrir, y llorar cada segundo hasta olvidarte.
Me llevan mis pasos por ahí,
me tropiezo con miradas extrañas
y levanto la vista a mi cielo eterno,
azul punzante, cegador en un instante.
He decidido salir sin rumbo,
a dónde me lleven mis pasos
hasta cualquer lugar de la tierra
dónde por fin no sienta el frío feroz en el alma.
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