Adelante, sean bienvenidos

Bienvenidos a mi mundo, al refugio de mis ideas, al lugar donde puedo sin ningún temor expresar lo que siento y lo que me pasa "en tiempo real". Realmente es toda una experiencia y quiero compartirla con quien quiera leer.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Mágica mujer

La noche lanzó su conjuro de luna
y cayó casi sin querer sobre tus ojos,
que desde ese día brillan más que nada
y son la luz que sigo para no perderme.

Plateada fórmula que se derramó por tu piel
dormida esa noche,
y que no me canso de acariciar con manos sutiles,
casi un roce circunstancial y desprevenido.

Las pócimas se combinaron perfectamente
para darte esa sonrisa que hipnotiza,
y me hace reír aún cuando duele el alma
y las cicatrices parcen no cerrar.

Unas cuantas palabras dichas en el orden correcto
la obra de todos los hechizeros del universo
conspiraron para hacerte mágicamente única,
y te metieron debajo de mi piel para siempre.

Aunque las sombras se borren con el agua de esta lluvia,
y los paso se desdibujen lentamente en un laberinto sin fin,
aunque el sol me niegue la luz,
tengo el brillo de tus ojos para seguir.

El abracadabra se hizo carne y surgiste como nadie,
mujer mágica que robó mis sueños imposibles
para darme alas en los pies y volar más allá de todo
que me dio el alma para acunarte y verte solamente dormir.

Puedo

Puedo vivir sin vos pero no quiero,
puedo dejar de oír tu voz
pero el silencio total me aturdiría,
puedo apagar tus ojos,
pero le temo a la falta de brillo del día,
puedo dejar de seguir tus pasos,
pero no sabría andar por otros caminos
puedo esconder las palabras,
tras una copiosa lluvia de invierno,
pero me saldrian igual desde la mirada,
puedo vivir lleno de ausencias,
menos de la tuya.

Puedo vivir sin vos, pero no quiero,
puedo dejar de respirar y morir incluso,
pero no puedo dejar de sentir tu aliento en el viento,
puedo seguir dejando que el tiempo pase
pero no puedo quedarme en el mismo lugar siempre,
por eso salgo hoy a buscarte entre la niebla,
entre el barro que queda después de la tormenta
y ver si las huellas me conducen hasta vos.

Puedo dejar este mundo egoísta y hostil
y vivir colgado de una ilusión dibujada en las estrellas
puedo abstraerme de los ruidos cotidianos,
y escuchar sólamente el sonido de tu voz
vibrando en el aire que respiro,
puedo precindir del alimento,
pero no puedo dejar de besarte en mis noches insomnes.

Puedo dejar de verte en todos lados,
pero cierro los ojos y la mente te dibuja,
puedo todo menos soportar tu ausencia,
puedo dejar de amarte, pero no quiero,
puedo dejar de pensarte, pero te pienso
puedo dejar de vivir esta vida de la que sos gran parte,
pero me faltarían los latidos de mi corazón.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Propuestas

Te propongo volar lejos,
irnos más allá de los sueños
y de las montañas que nos tapan el sol,
te propongo ir de la mano, juntos,
sin soltarno más por el camino que trazamos
aquella noche sin luna en la que nos juramos este amor.

Te propongo grabar con tu sangre
tu nombre en mi espalda,
y marcar las amapolas que crecen bajo nuestros pies
para no perder el rumbo,
te propongo regar con el agua de mis ojos
tu flor sagrada y cultivar la vida juntos.

Te propongo trazar una línea en el cielo
para dejar de aquel lado lo que fue,
las penas que se fueron pudriendo con las heladas
lluvias de los inviernos solitarios,
y de este lado reescribir lo que nos hace bien,
redibujar sueños con un sello indeleble.

Te propongo nada más que mi amor,
así simple y fresco como esta mañana en la que te escribo,
te propongo mi alma si es preciso,
para obtener el perdón y seguir mi curso,
te prongo mi vida, para que la tomes y te nutras,
te propongo nada más que mi amor.

La casa vacía

Los muebles perfectamente ordenados
la mesa en su lugar con sus sillas,
como si el tiempo si hubiera detenido
a descansar y no hubiese seguido su curso,
todo está inalterado, limpio, tan limpio
que faltan los aromas del sábado a la tarde.

Se ausentaron los ruidos de la cocina,
se evaporaron los olores de la cena cotidiana
repetida y por eso no menos apetitosa de cada día,
no hay rezongos ni llantos por nada,
el silencio helado de la quietud domina la escena.

Falnta esas miradas cómplices qeu rebotan
entre ellas y se estrellan contra las paredes
y el piso, miradas que parecían los cuadros
que adornaban las habitaciones,
se callaron las voces, ni el viento silba por las hendijas
de las ventanas cerradas.

La cama pide clemencia ante el frío que la azota,
sábanas vírgenes de cuerpos ardientes,
que las enmarañan, ni el olor a humedad queda,
no se ven las sombras huidizas a media noche
que asaltaban la heladera, ni la oscuridad
que camuflaba el desvelo más resistente.

En el centro de la mesa un florero,
lleno de rosas opacas y sin perfume,
casi plásticas o petrificadas,
como una foto en blanco y negro
que no dice nada.

Cesaron las risas y el ruido de los besos,
esos que se dan sin pensar, por inercia,
pero que llenaban cada habitación con su
aroma único, irrepetible,
hay un silencio helado,
hay ausencias tan notorias como dolorosas,
se puede percibir el acecho de la propia muerte,
hay tristeza desbordada en la casa vacía.

sábado, 18 de septiembre de 2010

El trabajo del tiempo

En su ir constante hacia adelante,
cambia, despeja dudas, duele,
transforma perspectivas, disipa nieblas,
luego deja de doler.

El avance es inexorable, así debe ser,
cruza límites, salta cercas, se deshace
en las noches sin luna pero no del todo,
con el sol vuelve a resurgir de sus restos.

Así de despacio camina cuando lo mirás,
pero hoy debo soltarle la mano, ´
para que se vaya y pueda hacer su trabajo,
avanzar y cerrar heridas, curar pasados.

Cuando el tiempo se va, se nos va la vida,
pero se nos va el dolor del pasado también
y tu reflejo en la pared se desvanece,
se vuelve invisible a mis ojos cansados.

Tiempo que se vuela y camina al mismo tiempo,
tiempo que ya no es agonía, sino camino por andar,
el trabajo sucio de borrar los recuerdos de aquello
que persiste en quedarse en los pasillos de mi corazón.

Tus formas

Me gustás así, con la cara lavada,
y tus ojos relucientes recién levantados,
esos labios cerrados que me me llaman sin hablar,
me gusta tu silencio que llena todos mis espacios.
Me gusta el reflejo del sol que sortea el vidrio
de la ventana y derrama sobre tu cuerpo
el baño de luz que combina perfectamente con tu piel.

Me gusta tanto todo de vos que hasta casi duele,
tus pasos al alejarse, los dedos de tus manos
que de tan frágiles que parecen los quiero proteger
entre mis manos ásperas y solitarias.
Me gustan tus cabellos arremolinados por la noche,
y tan perfectamente ordenados luego.

Tu forma extraña de ser, tus secretos más ocultos
me gusta contar los lunares de tu piel,
y me enloquece tu risa estridente, esa risa que me provoca,
y que ilumina tu rostros de manera tan particular
que ni el reflejo de la luna llena en la noche más clara
podría provocar.

Me gusta mujer tu cuerpo encendido y tu furia enloquecida,
tu forma casi felina de moverte, y tu cruda frontalidad,
me gustan tus ojos, de lo primero que me ha enamorado,
tus ojos que nunca voy a dejar de querer, hasta tus piernas
esas que odias con tanto ahínco, tus piernas mujer me gustan.

Me gustás amor, ni la distancia ni el tiempo podrá alterar esto,
ni las noches solitarias, ni el deseo de olvidarte,
me gusta tanto que duele, arde, se consume en mi pecho,
pero hasta eso me gusta.

Suspirá

Suspirá, suspirá tan profundo como puedas,
tomá todo el aire que te sea posible y suspirá,
por ese amor que se fue, que dejaste ir,
suspirá por aquello que aparenta ser imposible,
suspirá, no dejes de hacerlo.

Suspirá y que en el suspiro se partan las piedras
que hay en tu camino,
que se vaya todo aquello que no te deja ser libre,
suspirá y que las flores se abran e tu suspiro,
que el dolor vuele libre lejos de vos, que se vaya.

Suspirá por esta mañana de paciencia inagotable
que se filtra por tu ventana y te acaricia sin darte cuenta,
suspirá por el recuerdo de esos ojos que no podés olvidar,
hacelo que el suspiro no es dolor, es el reflojo de lo
hermoso que fue, es la expresión del alma que a veces
se queda sin palabras para expresar.

Y cuando se infle tu pecho, lleno de promesas e ilusines
sacalas con fuerza en un suspiro, para que en las alas
de los pájaros lleven tu mensaje a dónde tenga que llegar,
y cuando tus ojos se cierren, en el estertor de ese suspiro
puedas ver ese rostro nuevamente, la cara de ese amor que no murió
que arde lentamente en tus entrañas, y no lo extrañes, recordalo,
que en un suspiro, todo puede suceder.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Refugiarse

La calle es un rio chato,
que moja mis pasos de pies entumecidos
que me da inestabilidad y sensación
de caer en cualquier momento.
Esta lluvia lava, pero también no deja
cicatrizar heridas que con aire y sol,
serían otra cosa.

Camino, no me importa mojarme, estoy volviedo,
bajo las escaleras del subte,
convertidas en cataratas diminutas
que empapan aún más mis castigados pies,
la mirada clavadada en el piso, y se eleva lentamente
de frente, en la otra catarata baja alguien,
¿que estará pensando? el rostro duro, ajeno.

¿Y yo, en que estaría pensando si no pensara en esto
todo el tiempo? Ya, ahora ¿En que estaría pensando?
Juegos de la mente que dibuja sombras y soles lejanos,
subterfugios de los pensamientos que se disparan solos,
esos que están pegados a la piel.

De pronto el subte es un refugio impensado,
corta estadía pero los pies lo agradecen,
un poco de calor no viene mal a estos zapatos gastados,
rotos de caminar senderos imposibles y de intentar
retomar un camino ya transitado, que quizás no valga la pena,
el subte y los silencios de todos los que allí están
me aturden atronadoramente, silbo una canción, triste, pero silbo
y le pongo algo de música a mi corazón humedecido.

Vuelvo a casa, no al hogar, a casa,
el día no termina porque nunca se termina del todo,
siempre queda una pequeña luz encendida que te habla,
una figura que se mueve sigilosa y te dice que no se ha ido,
un recordatorio, algo que te dolerá en el cuerpo en la mañana,
estoy abajo, tratando de enterrar las miradas.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Pensamientos del tiempo y una noche larga

La mirada borrosa,
una percepción difusa del tiempo
y de su paso que no percibimos, pero se va,
nos atraviesa como si fuera un fantasma
presuroso por llegar a ninguna parte,
y vemos tal vez, lo que no es, y lo que no será.

Camino po una ciudad insomne
con sus ojos abiertos y bien atentos,
que distingue los pasos errantes de aquellos
que tienen a dónde ir,
puedo abrazarme con cualquiera en este momento,
en esta noche dónde me urge abrazar.

Un cuerpo vacío, uno que no quiero,
un cuerpo que no busqué pero que ahí está
como la costa del que lleva años perdido en el mar
la ilusión de estar a salvo, el espejismo oscuro
y engañoso otra vez de la visión difusa.

Mientras que extrañar ya no tiene caso,
porque se me borraron las líneas de tu boca
dibujadas con arena, con este viento casi intencional.
Porque pasaron ya tantos días sin la sensacion de compañía
que mi cuerpo no entiende que es, y acepta lo que hay,
extrañar...que era extrañar?

Veo luces por todos lados en estas calles que me albergan,
me siento a ver pasar a la gente en cualquier bar,
observo miradas, gestos, analizo palabras sueltas,
y me embriago con el humo y el aroma a café
que gritan lágrgimas ajenas, pero siento como propias.

Me quiere vender flores una criatura sin infancia,
me ruega una moneda un vagabundo,
una moneda! tanto para él y tan poco para mi...
si yo pudiera arreglarlo todo con una moneda!
pero tal vez mi moneda sea ver claramente, cosa que no pasa,
y la gente sigue caminando esta ciudad.

Se va el tiempo y es imperceptible,
y arrastra corazones y odios en su ida,
se lleva instantes mágicos que parecían tallados
en el aire, pero después te das cuenta que se desvanecen,
la noche no termina jamás, aunque el tiempo se vaya.

Ya caminar no me lleva,
seguir llorando no alivia la presión de mi pecho
mirar sin ver no da claridad a la mente,
y así se llenan los bolsillos de nada
y se vacía el alma resquebrajada y los sueños...
que se reflejaban con las luces de esta ciudad despierta
desaparecen lentamente con el primer rayo de sol.

Ya no pienso.

Escucho los gritos de mi alma
que pugna por liberarse,
la siento moverse dentro mio con
frenesí incomprensible para mi mente inquieta.
Se sienten ruidos, extraños ruidos,
los lazos se quiebran y se sueltan los cabos,
vuela al fin, libre, como nunca, como siempre.

Con los peores ojos,
ojos ciegos que no quieren ver lo que dejé atrás,
con el sol de frente que no encandila,
y con la fe entre las manos como la bendición del agua
en medio del desierto va mi alma, libre.

Es preciso caminar solo, tan necesario que hasta duele
pero los pies descalzos saben dónde pisar,
para no caer en las mismas huellas, para trazar un sendero
distinto, los pies descalzos y la orilla fresca del mar
que me acompaña, que limpia con su espuma efímera el cansancio.

Ya no pienso que seré, vivo lo que soy,
me ofrezco al viento con lo poco que tengo, para que me lleve
y en sus manos poder descansar al menos un rato,
sólo un rato de merecido descanso para el cuerpo angustioso
que incansable busca la salida del laberinto oscuro.

Ya no pienso que pasó, simplemente lo agradezco, lo acepto,
internalizo mi miedo y saco afuera las dudas,
me despojo de polvo acumulado en el tiempo y sacudo mi letargo,
empieza todo otra vez, conmigo, con mi sombra compañera como´
único equipaje, con la virtud de los sueños por soñar,
con la esperanza de ayer, y la ilusión de mañana.

viernes, 10 de septiembre de 2010

En mi piel

Seguís allí por que sos como una sombra
que no puede borrarse con nada,
estás siempre presente porque te siento y sos,
como el sol, qeu está aunqu lo escondan
algunas nubes.

Siento el camino qeu recorren esas manos
en mi espalda siempre feliz de recibirte
con sus poros abiertos ante tu tacto sutil,
estás tan cerca que no puedo alcanzarte,
ni verte siquiera de tan cerca que estás.

Llevo en mi piel la fragancia de la tuya
y la sombra de tus ojos cuando me miraban
llevo fresco el aliento del ese beso
que me diste sin saber que sería el último,
llevo tu historia grabada.

Ardiente esta piel que te desea,
y qeu sueña con algo tan simple
como un abrazo desnudo, desprovisto de
pesadas cargas y rencores oxidados,
ardiente piel qeu en mi cuerpo te sueña
y tal vez, una noche de estas, vos me despiertes.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Calles mojadas

Se cubre la ciudad de un agua infinita,
copiosa lluvia envuelve en cada gota a las palbras
que resbalan calle abajo hasta llegar al rio,
hasta ahogarse.

Llueve en la ciudad y los paso van en falso,
saltar cada charco es un dolor en las piernas,
es una bofetada al alma inundada,
mi calles están cubierta de esta inclemente lluvia.

Puede lavar este agua y llevarse lo que no quiero,
pero en su afán de mojarlo todo cae incesante,
cuantas penas encierran esas diminutas gotas!
o será el llanto encadenado de tanta gente?

De cristales empañados y desventuras podría hablar,
de tantos desencuentros seguidos también,
de tu ausencia, de mi soledad, de mi dolor incomensurable
de mi soledad crónica y de tantas cosas, mas tambien.

Prefiero callar hoy, que el agua me lleve y la vida también
que el dolor se quede ahí y se vaya cuando quiera,
que el destino dibuje el mapa para caminar,
o resbalar en estas calles mojadas.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Salir a buscar

Hay calles para andar
hay caminos para gastar los pasos
rincones dónde buscar esa mirada
que se ha perdido en el tiempo.

Almas confundidas que se cruzan
y esta calle abarrotada de nadie
llena de ausencias presentes y silenciosas
que corona las palabras no dichas jamás.

Para que buscar esos labios
que ya no besan?
para que salir al maremoto humano
cuando no se nadar?

Pero todavía tengo esta ciudad mia
que no duerme, para prenderme todas las luces
y que pueda buscar el color de esa voz
que se ha enmudecido lentamente.

Voy a salir, los pies me lo piden
y sin propia voluntad camino la noche azulada,
huelo los azahares y los jazmines de mi infancia
como un viaje en el tiempo sin quererlo.

Aunque no encuentre lo uqe busco voy a salir,
por más que sepa qeu ya se ha marchado mi amor
volveré a pisar estas calles entreveradas
para ver si quizás, por algún designio te vuelva a encontrar.

Que más?

Qué más podría darte?
acaso mis ojos para que sientas lo que yo
cuando te veo?
Habrá algo que no te haya dado?
mi tiempo, mis dudas, los misterios?
Tal vez podría darte mis pies
para que sientas las piedras en mi camino.
Qué más podría darte?
Si me lo pidieras, esta vida,
porque creo en la otra y en esa,
tal vez volvamos a encontrarnos.
Podría darte mis excusas y mis cuentos
algunas mentiras que ya no me sirven,
te podría dar ese día que no es mio
pero, qué más podría darte?
Si creí que el universo todo te había entregado
si pensé que mi alma ya era tuya desde antes,
si casi me convezo de haberte entregado la luna
y todos sus demonios.
Qué más? que más podría darte esta noche?
si alma no tengo, si los ojos me faltan
si los pies están cansados y mi sangre helada?