Adelante, sean bienvenidos

Bienvenidos a mi mundo, al refugio de mis ideas, al lugar donde puedo sin ningún temor expresar lo que siento y lo que me pasa "en tiempo real". Realmente es toda una experiencia y quiero compartirla con quien quiera leer.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Refugiarse

La calle es un rio chato,
que moja mis pasos de pies entumecidos
que me da inestabilidad y sensación
de caer en cualquier momento.
Esta lluvia lava, pero también no deja
cicatrizar heridas que con aire y sol,
serían otra cosa.

Camino, no me importa mojarme, estoy volviedo,
bajo las escaleras del subte,
convertidas en cataratas diminutas
que empapan aún más mis castigados pies,
la mirada clavadada en el piso, y se eleva lentamente
de frente, en la otra catarata baja alguien,
¿que estará pensando? el rostro duro, ajeno.

¿Y yo, en que estaría pensando si no pensara en esto
todo el tiempo? Ya, ahora ¿En que estaría pensando?
Juegos de la mente que dibuja sombras y soles lejanos,
subterfugios de los pensamientos que se disparan solos,
esos que están pegados a la piel.

De pronto el subte es un refugio impensado,
corta estadía pero los pies lo agradecen,
un poco de calor no viene mal a estos zapatos gastados,
rotos de caminar senderos imposibles y de intentar
retomar un camino ya transitado, que quizás no valga la pena,
el subte y los silencios de todos los que allí están
me aturden atronadoramente, silbo una canción, triste, pero silbo
y le pongo algo de música a mi corazón humedecido.

Vuelvo a casa, no al hogar, a casa,
el día no termina porque nunca se termina del todo,
siempre queda una pequeña luz encendida que te habla,
una figura que se mueve sigilosa y te dice que no se ha ido,
un recordatorio, algo que te dolerá en el cuerpo en la mañana,
estoy abajo, tratando de enterrar las miradas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario