No puedo sentarme frente al paso del tiempo,
y ver como los segundos se me escapan
en una cámara lenta mortal.
No quiero esperar en vano que tus ojos
vuelvan a mirarme y descubrir el brillo
que una vez dijiste, veías en los mios.
No puedo acostarme en el colchón
de los sueños rotos viendo aquello qeu no pasó,ç
y lamentarme por lo que pudo ser.
No quiero jugar a las escondidas con mis sueños,
y dejar que todo pase por azar,
a ver si el destino me hace un guiño ganador.
No puedo quedarme parado frente a la historia,
y sus inapelables decisiones,
sólo para ver si un día decidís volver.
No quiero sentir la pena ahogando mi pecho
cuando quiero nombrarte en sueños,
y me reprimo para no pensarte más.
No puedo, no quiero, no debo,
y sin embargo, este amarte me hace mal.
A veces la vida se pone caprichosa y nos encierra en laberintos que parecen no tener salida, aunque la fe nos diga lo contrario...
ResponderEliminar