Puedo verte aún en la oscuridad de esta noche,
bajo un cielo gris pesadísimo,
puedo oírte en este silencio atrozmente absoluto,
sentirte cerca a pesar de esta distancia,
saborear tu boca en este vacío.
Puedo sentirme acompañado
en esta soledad enloquecedora y mortal,
caminar aún sin mis piernas y seguir ciego
tus pasos leves.
Puedo soñarte aún sin conciliar el sueño,
y sentir mi fe, ardiendo en mis entrañas,
puedo tocarte aún abrazando la nada,
y sentir el perfume de tu piel en mi cama,
cuando ya te has ido hace tiempo.
Puedo conservar la sensación de tus cabellos
en mis dedos rígidos, casi muertos,
y explorar en tus ojos, aunque estén cerrados.
Puedo darme una vuelta por tus deseos,
aunque tenga vedado el paso,
y se me niegue el ingreso a tu cuerpo.
Puedo ver como enciendes el día,
con sólo despertar a mi lado aunque duermas,
en otra cama.
Puedo amarte hasta morirme así, en este silencio,
en esta noche y en las otras,
bajo la oscuridad tenaz de este cielo que fue nuestro,
y en el morir de los días, se nos escapa.
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