Aprender es un camino difícil, pero liberador,
entender al viento es un desafío,
comprender que los besos no tienen dueño
a veces clava el dolor, pero es necesiario hacerlo.
Entender que las manos vuelan libres,
y que hay un cuerpo dispuesto a recibirlas
puede doler en el alma,
pero con el tiempo de mi lado entenderé la razón.
El día siempre fue día, y los ojos cerrados
fueron siempre una elección,
hoy que puedo verte lejana, aunque triste,
vuelve a latir de a poco este corazón.
Ya no quiero noches desveladas,
preguntándole a mi sombra que fue lo que pasó,
acepto con los brazos abiertos la historia
la que está escrita, y la que no.
Por fin he comprendido que las cadenas
no te iban a atar a mi, que el peso
sólo te hundía en la desazón de los sueños
que jamás iban a cumplirse.
Te regalo mis alas, pues no las necesito,
van mis pies recorriendo una nueva ruta,
un camino diferente que me lleve hasta algún lugar
a dónde haya un corazón abierto para mi.
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